Nada tendría el mismo sentido si nosotros cambiáramos a cada momento. Y es que la vida es, para muchos, una simpleza y, para otros, todo un reto. Pero, miremos como miremos el mundo, la realidad es que todos, en algún momento, estuvimos en el punto exacto en que podíamos cambiar nuestro rumbo.

Hoy por hoy, son cientos las personas arrepentidas que luchan con su interior y ese susurro en su cabeza que no deja de martillarles: ¿Será que hoy serían lo que no alcanzaron a ser? ¿Cómo saber si les iría bien si tomaran la decisión contraria a la que alguna vez tomaron?

«Érase una vez». Esa frase nos hace pensar no solo en un cuento que solemos narrar, sino también en la vida que teníamos y el rumbo que debemos tomar.

Depende al cien por ciento de nosotros que podamos tomar las riendas de nuestra vida y enfocarnos en alcanzar nuestras metas, recordando que el verdadero éxito, a fin de cuentas, no se mide por todo lo que tengamos, dinero o títulos, sino por la calidad de persona en la que nos hayamos convertido.